Cada una desde su lugar, en cada rincón de Río Negro aportando con pasión, tenacidad y paciencia. Un ejemplo de ello, son las hermanas Claudia y Jorgelina Montefiore. Vinieron desde Pedro Luro para instalarse en Viedma y trabajar por más de 30 años en la chacra, en aquel entonces tambo. “Hace unos diez años nos re convertimos a la ganadería, vivimos en el campo, vivimos en la chacra, nos encanta, no lo cambiaríamos por nada”
Piensan en crecer, en mejorar. Su rol como mujer rural siempre estuvo a la par de sus padres. “Las mujeres podemos hacer muchas cosas en lo que es la producción, es una actividad que nos gusta, nos apasiona lo que hacemos, y lo hacemos diariamente”, destacó Claudia, consejera del IDEVI.
La historia de Andrea también refleja que elegir el camino de la pasión, a veces significa sortear obstáculos. Nació en Jacobacci y actualmente vive en Maquinchao donde "Desde ahí administro el campo que tenemos con mi hermana Silvana, y fui aprendiendo de a poco".
En el 2006 comenzaron con la cabaña de reproductores Merino Australiano proyecto que lleva adelante con su marido. “En aquellos años la figura femenina no estaba muy instalada, costaba más, pero las ganas que tenía de hacer pudieron con todo, el frío en el invierno, los caminos,la nieve, incluso las cenizas siempre seguimos adelante”
Andrea además del campo en producción, tiene una cabaña de caballos crespos y trabaja en la veterinaria de su marido en Maquinchao. Fue Presidenta de la Rural y ama las plantas. Producir en condiciones adversas e incluso inhóspitas.
“Vivir en la línea sur me encanta, es una paz que después de recorrer muchos lugares la encuentro ahí, esos silencios atardeceres el horizontes, no los cambio por nada”